Castillo de la Encomienda


También llamado Torre de los Moros, se encuentra en el término municipal de Medina de las Torres, cercano al arroyo del Prado y muy cerca de la carretera que une la localidad de Valencia del Ventoso con Medina de las Torres. Este lugar pudo ser un enclave vigía de Sierra Morena.

Aunque el castillo también se denomina Torre de los Moros, puede hacer pensar en un origen musulmán, aunque las excavaciones arqueológicas realizadas en la fortificación no han encontrado ningún rastro de época musulmana, confirmado su origen bastante posterior. Perteneciente a la Orden de Santiago, puede datarse a finales de la Edad Media, últimos años del siglo XIV o primera mitad del XV.


El rey Fernando III, tras su conquista, encomendó a la Orden de Santiago la repoblación de la zona comprendida entre el Guadiana y Sierra Morena. Las heredades donde se asentará Medina fueron cedidas al caballero portugués Martín Anes do Vinhal en compensación a los muchos favores que había hecho a la Orden, quien  fundará y dará nombre a Medina con colonos portugueses.

El castillo tenía una cerca exterior de mampostería de la que quedan algunos restos, así como de un foso y una serie de torres defensivas. La adaptación al terreno, cresta de una pequeña loma, obligó a que tuviera forma elíptica. La entrada a este recinto exterior estaba en el flanco sur-oriental y contaba con dos torres de sección cuadrada, una en cada flanco, mientras que la entrada al recinto principal estaba en el flanco oriental. Este recinto era de escasas dimensiones, alrededor de 250 metros cuadrados, era de dos plantas y disponía de dos torres, una es la torre del homenaje, cilíndrica con una cámara en su extremo superior, y otra semi-circular.


En el interior del primer recinto disponía de mazmorra, cocina, bodega y dos caballerizas. Dentro del recinto principal tenía departamentos para vivienda, un aljibe, almacenes, una capilla y unas caballerizas. Los sillares primitivos, que solo estaban montados en las esquinas, fueron posteriormente repuestos ya que los anteriores habían desaparecido en su mayoría.

A finales del siglo XV pierde su carácter militar de defensa y adquiere una función administrativo, residencial y agropecuaria, por lo que sufre modificaciones en el perímetro de la barrera llevándose a cabo una ampliación de la misma, además de añadirse nuevas dependencias para el almacenaje de diezmos y primicias del comendador. A partir de entonces comienza su declive y progresivo abandono sufriendo expolio de materiales. Señalar por último que en 1997 la torre norte sufrió un derrumbe por lo que se procedió a realizar en todo el edificio trabajos de restauración y consolidación.


No nos vamos de la localidad sin visitar el Yacimiento Arqueológico de la ciudad romana Contributa Iulia, de la mano de Marian, guía del centro de interpretación nos explica la historia de este fantástico lugar en un emplazamiento que no te esperas. Nos adentramos en la ciudad por una de sus originarias puertas de acceso, al oeste, que estaba flanqueada por dos torres, en este lugar se puede ver los restos de la muralla y una fuente que conserva la canalización de plomo. Subimos por el decumanus máximo pasando por un área comercial donde vemos en las entradas los anclajes de las primitivas puertas. En el cruce del decumanos con el cardo máximo encontramos el foro, posee diversos edificios, un área sacra con banco corrido que conserva el suelo original, edificios civiles, tabernae dispuestos en la zona sur. Pero lo que más destaca es la impresionante basílica. Fuera del recinto amurallado, los últimos trabajos han descubierto un anfiteatro. Una maravilla de lugar.