Fortificación Abaluartada de Elvas

Portas de Olivenza

La “Praça-forte de Elvas” está ubicada en la parroquia de Caia, São Pedro y Alcáçova, en el municipio de Elvas, distrito de Portalegre, en Portugal. Formaba parte de la primera línea defensiva del Alentejo, junto a los baluartes de Campo Maior, Ouguela, Olivença y Juromenha. A tan sólo 15 kilómetros de Badajoz, en España. Elvas era un punto estratégico para la defensa de la comarca del Alto Alentejo, por ello, ha concentrado, a lo largo de los siglos, un potente sistema defensivo, basado en las suaves elevaciones distribuidas por la llanura circundante y sobre el vecino río Guadiana.

Es considerada la fortaleza más poderosa del país e inexpugnable, se la conocía como la “Rainha da Fronteira” y la “Chave do Reino”. Junto con el Forte da Graça y Forte de Santa Luzia, es uno de los mejores ejemplos de fortificaciones abaluartadas del mundo, con un perímetro de más de 10 kilómetros. Todavía se puede ver en cercas urbanas medievales, edificios musulmanes rehabilitados por cristianos, que aún conservan puertas con arcos de herradura. La fortificación abaluartada es un ejemplo muy raro en Europa del Método de Fortificación Antiguo Holandés.


Durante la Crisis de Sucesión de 1580, la ciudad fue ocupada sin resistencia por tropas al mando de D. Sancho de Ávila, debido a la traición de su alcalde. Durante la Guerra de Restauración (1640-1668), aquí se produjeron las primeras escaramuzas, y en septiembre de 1641 se produjo el primer asalto de las tropas españolas, bajo el mando del Conde de Monterrey, repelido por las fuerzas portuguesas al mando de D. João da Costa, primer conde de Soure. Se creó en ese momento un Consejo de Guerra y el país se dividió en provincias militares: Miño, Trás-os-Montes, Beira, Extremadura, Alentejo y Algarve. Debido a la importancia de su posición estratégica, Elvas se convirtió en la sede del Gobierno de Armas del Alentejo, al mando de Matías de Albuquerque, militar experimentado en las campañas de Brasil, que inició amplios cambios e importantes refuerzos en la defensa. Inicialmente consistió en abrir trincheras y fortalecer la barbacana, además de abrir un foso.


Entre 1641 y 1653 se llevó a cabo la construcción del baluarte de la fortaleza de Elvas, demoliendo gran parte de la antigua muralla fernandina. Entre 1641 y 1648 se construyó el Fuerte de Santa Luzia. Resistió un asedio de quince mil españoles, bajo el mando de la Marqués de Torrecusa, durante nueve días (noviembre de 1644). Torrecusa, que ya había derrotado a Matías de Albuquerque en la batalla de Montijo (26 de mayo de 1644), se retiró con sus tropas a Badajoz.


A partir de octubre de 1658, un ejército español de 14.000 infantes, 5.000 jinetes y 19 piezas de artillería, al mando del Primer Ministro D. Luis Méndez de Haro y Guzmán, inició una nueva campaña para conquistar Elvas, que podría desembocar en el fin del conflicto. En el interior del fuerte, una epidemia había reducido el número de tropas portuguesas, bajo el mando del entonces gobernador de esta plaza, D. Sancho Manoel de Vilhena, primer conde de Vila Flor, de 11.000 a apenas 1.000 hombres capaces de combatir. El general de caballería y alcalde de Sintra, André de Albuquerque de Ribrafria, autor del plan de defensa, logró eludir al enemigo una noche. El auxilio portugués, compuesto por ocho mil infantes y dos mil novecientos caballeros, al mando de D. António Luis de Meneses, primer marqués de Marialva y tercer conde de Cantanhede, llegó a Elvas en enero. La disposición de sus fuerzas indujo a los generales españoles a dividir sus tropas por los sectores.

Praça Forte de Elvas. Autor: Nicolau de Langres (1661).  Fuente: Biblioteca Nacional de Portugal

En la madrugada del 14 de enero de 1659, una espesa niebla impidió a los españoles conocer la disposición del ejército portugués. Cuando se disipó, fue cuando los españoles se dieron cuenta de que el ejército portugués atacaba en formación cerrada precisamente desde el punto donde se había concentrado. En la batalla que siguió (Batalla de las Líneas de Elvas), falleció el general André de Albuquerque. La victoria portuguesa salvó no solo a la ciudad, sino al país. A las puertas de Elvas, el enemigo desarmado abandonó todo el campamento, la artillería y 15.000 escopetas, habiendo llegado a Badajoz sólo 5.000 infantes. La hazaña le valió a D. António Luís, el título de Marquês de Marialva.

La plaza resistió con éxito un nuevo asedio, por parte de las fuerzas españolas al mando de D. Juan José de Austria (1663). Posteriormente, en la Guerra de Sucesión española (1701-1714), resistió los asedios impuestos por las tropas franco-españolas al mando del Marqués de Bay en 1706 y 1711. 



Friedrich Wilhelm Ernst Von Shaumburg-Lippe, fue llamado a Portugal por el marqués de Pombal para reorganizar el ejército portugués, notó una debilidad en la defensa de Elvas: una colina de 404 metros de altura, el Monte da Graça. Así, por orden suya, entre 1763 y 1792 se llevó a cabo la construcción del Forte da Graça, en sustitución de la iglesia gótica que allí existía. Durante este período, en 1767, se construyó el Cuartel del Casarão, aprovechando las cortinas laterales del Baluarte del Casarão. Las obras se llevaron a cabo bajo la dirección del teniente general ingeniero militar Guillaume-Louis-Antoine de Valleré.

Praça Forte de Elvas. Plan D'Elvas. Autor: Alain Manesson Mallet (1696). Fuente: Peace Palace Library

En el contexto de la denominada “Guerra das Laranjas” (1801), sufrió el acoso de las tropas españolas al mando de D. Manuel de Godoy. Años más tarde, en 1808, el fuerte fue rodeado por fuerzas del ejército luso-británico. En este contexto, se plantearon la construcción del Fortim de São Mamede (1810-1812), el Fortim de São Domingos (1810), el Fortim de São Francisco (1812) y el Fortim São Pedro (1815).

En el contexto de la Guerra Civil portuguesa (1828-1834), la plaza es un bastión absoluto. El Regimiento de Infantería nº 17 estaba estacionado en Elvas. Finalizado el conflicto, con la firma del Convenio de Évora-Monte (26 de mayo de 1834), se extinguió el Regimiento de Infantería No. 17. En 1874 la fortaleza estaba compuesta por 6.848 hombres y artillería con 137 piezas y 12 morteros. La reorganización militar portuguesa de 1884 le quitó importancia al bastión.


La "Cidade Fronteiriça e de Guarnição de Elvas e suas Fortificações" está catalogada como Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO el 30 de junio de 2012. El conjunto corresponde a una superficie de 690 hectáreas, que comprende el centro histórico y sus cinturas amuralladas, musulmanas, fernandinas y siglo XVII, el Acueducto de Amoreira, el Fuerte de Santa Luzia, el Fuerte de Graça y el Fuerte de São Mamede, São Pedro y São Domingos.

Con la Guerra de Restauración (1640-1668), aunque Elvas mantuvo parte de la muralla medieval, se impuso la modernización de sus defensas. La nueva fortificación abaluartada involucró a la ciudad, transformándose así en un enorme cuartel, siguiendo el antiguo método de fortificación holandés. Las obras de su cinturón exterior, diseñadas por el Conde de Torre, estuvieron a cargo del teniente general Rui Correia Lucas, con la colaboración del arquitecto militar jesuita holandés Joannes Cieremans (Cosmander), también responsable del diseño de una gran cisterna con 2.200 m³.

Baluartes:

La fortificación está compuesta por 7 baluartes (Santa Bárbara, Porta Velha, Casarão, Praça de Armas, Olivença, São João de Deus y N. Sra. Conceição), 4 medios baluartes (São João da Corujeira, São Domingos, Trem y Príncipe), multitud de revellines, la obra corona (una punta de flecha defensiva ante ataques provenientes de Badajoz) e innumerables obras exteriores. En el interior, en una zona urbana de marcado carácter militar, con cuarteles para tropas y almacenes. El Cuartel de Casarão, obra a prueba de bombas, caracterizada por una gran solidez, tenía capacidad para hasta 3.000 hombres. 

Cuartéis do Casarão

Porta de Olivença:

Era la principal entrada de la plaza fuerte. De ella salía el camino que la comunicaba con la vecina Olivenza y el enclave fortificado de Juromenha, en la margen derecha del Río Guadiana. Desde sus inmediaciones, una potente caponera la comunicaba con el fuerte de Santa Lucía. Además un túnel, excavado en la roca, permitía el transito de municiones y personal entre ambos enclaves. La puerta como tal, estaba defendida por un potente revellín perfectamente artillado al que se accedía por uno de sus costados y un puente que podia ser elevado. El espacio intermedio entre el revellín y la cortina trancurre en recodo, siendo el foso y el puente perfectamente batidos desde ambos flancos por la artillería. La puerta de acceso a la ciudad se abre en la cortina, formando ambas un bello conjunto de trazas renacentistas, profusamente adornado con las armas y escudos de Portugal. Fue levantada en el siglo XVII, concretamente en el año 1685, durante el reinado del monarca D. Pedro II, según consta en las magníficas incripciones que figuran en sus frentes.

Portas de Olivenza

Porta de São Vicente:

Como en el caso anterior, la Puerta de Sao Vicente es de estilo renacentista y están dotadas de un bello diseño arquitectónico. Por lo tanto también son de doble estructura. La primera se encuentra en el revellín que se antepone a la cortina. La segunda o principal, se sitúa en la cortina, y permite el paso a través de un túnel en recodo, por el que se accede al barrio de Boa Fé. Ambas puertas están unidas por un puente que salva el foso. En la puerta del revellín una hornacina alberga la imagen de San Vicente, santo titular de las mismas.


Porta da Esquina:

Esta puerta tiene un estructura muy similar a sus dos hermanas. Se conoce también como Puerta de la Concepción, al tomar ese nombre de una ermita o capilla, que con esa advocación se levantó sobre la misma cortina donde se encuentra.

Portas da Esquina

Obra Corona:

Como una flecha enfilando el camino a España, este elemento sobresale del conjunto, avanzando desde el Baluarte de Puerta Vieja. Es similar a una especie de caponera que culmina en un pequeño baluarte y dos medias lunas laterales.

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