Castelo de Idanha-a-Nova

Restos de la Muralla

Fue a partir de 1187 cuando la Orden del Temple comenzó la construcción de un castillo en este lugar que luego se denominó Idanha-a-Nova, bajo la dirección de su Mestre, D. Gualdim Pais. Bajo la protección de sus muros se desarrolló poco a poco una población. El Rey Sancho I concedió el Foral a la nueva ciudad en 1201 que sería confirmado por Alfonso II en 1229. Más tarde Manuel I otorgó Foral Nuevo en 1510.

Castelo de Idanha-a-Nova. Dibujo de Duarte de Armas (1509. Fuente: Torres, Castillos y Fortalezas

En el “Livro das Fortalezas”, Duarte de Armas dibuja el Castillo en 1509 con planta ovalada. Dentro de este recinto un muro creaba una zona diferenciada. Tenía dos puertas: la principal al sur formando "L" con la puerta de la barbacana y otra al norte con acceso directo a la zona diferenciada. Una torre pentagonal con troneras. La torre del homenaje estaba situada en el centro del recinto del castillo. La Iglesia parroquial, al noroeste, también estaba integrada en la estructura defensiva de la fortaleza.

A partir del siglo XVI, perdido su carácter estratégico, el castillo entra en decadencia. A principios del s. XVII la casa del comendador ya estaba medio desbaratada y la barbacana aún en peor estado, pues algunas zonas estaban desmoronadas hasta los cimientos. La situación se fue agravando, hasta el punto de que, en 1758, apenas existían muros en pie.
 
Explanada del Castillo
 
Hoy sólo quedan algunos restos apenas perceptibles. El antiguo recinto fue aplanado y adaptado como mirador, pavimentado de gravilla y tierra. En su centro se levantó en la década de 1940 el “Cruceiro de los Centenarios de Idanha-a-Nova”. Desde el castillo se vislumbra un impresionante panorama de la Campiña da Idanha, Monsanto y Castelo Branco e incluso al este la frontera con España.
 
Cruceiro de los Centenarios

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Muralla y Torre de Idanha-a-Velha

El conjunto de “Murallas y Torre del Homenaje”, también denominada “Torre dos Templarios”, está ubicado en la parroquia de União das Freguesias de Monsanto e Idanha-a-Velha, municipio de Idanha-a-Velha Nova, distrito de Castelo Branco. El conjunto es uno de los conjuntos arqueológicos más importantes de Portugal. Desde la torre se puede ver el Castillo de Monsanto, a unos 5 kilómetros de distancia.

La ocupación humana primitiva se remonta a la prehistoria, tal como está documentado. En la época de la romanización, la hipotética del municipio por Julio César se remonta al año 60 a.C., en el recorrido de la llamada Vía da Prata, la calzada romana que unía “Bracara Augusta” (actual Braga) con “Emerita Augusta” (actual Mérida). Entre los siglos III y IV se construye la muralla romana de la villa, con una longitud aproximada de 750 metros, reforzada por seis torres de planta semicilíndrica y una de planta rectangular con dos puertas. En el siglo VI, Egitânia se convirtió en sede de un obispado visigodo y se construyeron la catedral y el baptisterio. Fuentes musulmanas atestiguan la prosperidad económica de “Eydaiá” en los siglos IX y X, cuando se construyó la mezquita sobre la primitiva catedral visigoda y la construcción de la cerca amurallada de la villa.

Puerta Norte

En el momento de la Reconquista cristiana, la región fue conquistada por las fuerzas de Afonso I de Portugal, estableciendo aquí la frontera con el Reino de León y el califato almohade. Para custodiarlo y defenderlo, los dominios de Idanha-a-Velha y Monsanto fueron donados a los Caballeros de la Orden del Temple, con la tarea de repoblarlos y defenderlos.
 
Sancho I de Portugal confirmó la donación de Idanha-a-Velha al 7º Maestre de la Orden, D. Lopo Fernandes en 1197, se constituyó así un vasto dominio, que se extendía desde el término de Idanha hasta el término de Belver. De este período data  la probable reconstrucción de las murallas por D. Sancho I en 1208.

Sancho II de Portugal otorgó fuero a la villa en 1229. Posteriormente, el señorío fue donado por el soberano a Martim Martins, Maestre de la Orden del Temple en 1244. De esta época data la construcción del torreón, sobre los restos de un templo romano en 1245.

Torre del Homenaje

Bajo el reinado de Dinis I de Portugal, debido a la extinción de la Orden, los bienes pasaron a la Corona entre 1309 y 1310. Esos mismos bienes pasaron en 1319 a la recién creada Orden de Cristo. Manuel I de Portugal concedió el Foral Novo a la villa en 1510. De esta época data la renovación de los muros y la hipotética erección de la picota.
 
En el contexto de la Guerra de la Restauración (1640-1668) formó parte de la segunda línea de defensa de la frontera. El antiguo municipio de Idanha-a-Velha fue declarado extinto en 1879, cuando pasó a ser parroquia del municipio de Idanha-a-Nova. 
 
En los albores del siglo XX, a partir de 1903, los estudiosos Félix Alves Pereira y Francisco Tavares Proença Júnior iniciaron trabajos de prospección arqueológica en Idanha-a-Velha. Posteriormente, el arqueólogo Fernando de Almeida, con la colaboración de Mendes Corrêa y O. Veiga Ferreira, inició excavaciones arqueológicas a lo largo de las murallas, con la identificación de la puerta sur del recinto en 1951.
 
Durante el siglo XX se realizaron varias intervenciones de restauración y consolidación. Las “Murallas y Torreón de Idanha-a-Velha” están incluidas en la protección del “Conjunto Arquitectónico y Arqueológico de Idanha-a-Velha”, clasificado como Monumento Nacional por Decreto nº 67/97, ​​publicado en el Diário da República., 1ª serie-B, n.º 301, de 31 de diciembre.

Restos de Muralla

Es un ejemplo de arquitectura militar, románica y gótica, de ambientación urbana, a 280 metros de altitud sobre el nivel del mar. Es un pueblo fortificado ubicado en la margen derecha del río Pônsul, ubicado en las tierras bajas al sur de Monsanto.
 
La malla urbana presenta una configuración de matriz regular, estructurada a través de dos ejes ortogonales, uno en dirección norte-sur (“cardus maximus”) y otro en dirección este-oeste (“decumanus maximus”). Del lado del cruce perpendicular de estos ejes se forma el Largo da Igreja, de planta rectangular, donde se ubican la Igreja da Misericórdia y la picota. En un eje diagonal al “decumanus maximus”, que se dirige hacia una de las puertas, se ubica la antigua Catedral/Iglesia Matriz, cerca de la cual se conservan las ruinas de la fortificación, cuya torre del homenaje se asienta sobre la estructura de el podio de un templo romano. Extramuros destacan la Capilla de São Dâmaso, la Capilla del Espíritu Santo y el puente sobre el río Pônsul. Aún se conservan los restos de un "balneum" con vestigios de estructuras abovedadas, un "fornax" de planta rectangular y estructura abovedada, así como una necrópolis con sepulturas excavadas en la roca.

Puerta Sur

Las murallas medievales son de planta ovalada, construidas sobre primitivos muros romanos, siendo rotas por cuatro puertas enfrentadas a los puntos cardinales. En el tramo norte se aprecian almenas piramidales. La puerta sur, en arco de medio punto, está flanqueada por una torre de planta cuadrada. En el lado oeste quedan restos de dos torres cuadradas y una más, semicircular. La “Porta do Sol” ya no existe, quedando marcada únicamente por la interrupción en la cortina del muro. La puerta norte es de doble arco de medio punto, flanqueada por dos torres de medio punto.

En el interior del recinto se encuentra la torre del homenaje medieval, de planta rectangular. Combinando diferentes tipos de aparatos, se asienta sobre el podio de un templo romano que consta de un sótano rústico y una base enmarcada. Además, tiene un sótano escalonado y biselado. Tiene dos registros, el primero con una puerta de arco roto en la fachada norte. El segundo registro está desgarrado por una puerta de arco completo con una inscripción en el tímpano. Las elevaciones este, oeste y sur están divididas por grietas.


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Castelo e Muralhas de Castelo Branco

Nos encontramos en Castelo Branco, la capital del Distrito y de la Beira Baixa, además de su castillo y murallas podemos ver fachadas e iglesias del siglo XVI, jardines barrocos y casas solariegas. Poco se conoce de la historia de la ciudad antes de la llegada de los Templarios. En 1165, tras la conquista del territorio a los musulmanes y expulsados los mismos, D. Afonso Henriques dona a la Orden del Temple las tierras de casi toda la actual Beira Baixa, con la misión de repoblarla y defenderla. El área actual de Castelo Branco formaba parte de la propiedad regia conocida como “Herdade de Cardosa”.


En 1213, Fernando Sanches donó la villa y sus dominios a la Orden del Temple, siendo su Maestre en Portugal Pedro Alvito, con la condición de promover su poblamiento y erigir un castillo para la defensa de la ciudad y de las cercanas fronteras sur y este. De ese modo, la Orden se convirtió en titular de todo el señorío de la “Herdade de Cardosa”. Entre esa fecha y 1230 fue edificada la primera muralla, que pasó a integrar, junto con los castillos templarios de Almourol, Monsanto, Pombal, Tomar y Zêzere, la llamada “Línea del Tajo”. Este primitivo cerco contaba con cuatro puertas: Pelame, Santiago, Traição y Oiro.


Esta fortificación templaria fue luego muy alterada a lo largo de los siglos. Los primeros cambios conocidos se produjeron a finales del siglo XIII, durante el reinado del D. Dinis, que visitó junto con su esposa Dona Isabel la ciudad en 1285 comprobando como los muros tenían estrangulado el desarrollo de la ciudad por el crecimiento de la población. Por ello ordenó la construcción de una segunda línea de murallas alargando el perímetro. Esta segunda línea de murallas tenía siete puertas. Es de esa época también la construcción de una nueva torre del homenaje en el extremo Noroeste del perímetro, hoy desaparecida.

Castelo Branco, 1730
Aula da Fortificação de Lisboa
Biblioteca Nacional de Portugal. Creative Commons 1.0

La principal transformación de la fortificación se produce en el siglo XV, cuando la Orden de Cristo (heredera del Temple en Portugal) construyó aquí el “Paço de los Comendadores” sobre una estructura anterior. La ruina del Castelo de Castelo Branco se inició en el siglo XIX, tras la destrucción ocasionada por las tropas francesas. En la década de 1930 se llevó a cabo una campaña de restauración y consolidación, así como la recreación de las ventanas neo-manuelinas que miran a la ciudad.


La muralla interior del Castillo presentaba planta pentagonal irregular, reforzado por cinco torres, dos de ellas al este cubriendo la Ciudad Vieja y tres mirando al exterior. De ese conjunto subsiste un tramo de la muralla al este, con adarve, uniendo una de las torres de defensa de la alcazaba y la torre del antiguo Palacio de los Comendadores, en la que se encuentran las ventanas neo-manuelinas. En la plaza de armas del castillo se alza la Iglesia de Santa María do Castelo, en cuyo atrio se reunía la asamblea de los hombres buenos y las autoridades monástico-militares de la ciudad hasta el siglo XIV. Bajo la iglesia, se abre una cisterna. La Cerca Urbana, se desarrollaba a partir de los ángulos norte y sur del castillo. Se conservan varios tramos de murallas restauradas, que comprenden al sureste dos cubos. La actual Torre del Reloj, al este, también formaba parte de las murallas; en ella se inscribía una de las puertas de la muralla exterior.


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Casa-Fuerte de Valencia del Ventoso


Lo que encontramos en Valencia del Ventoso más que un Castillo es un Casa-Fuerte. Hay constancia de la existencia de otra fortificación en el lugar que fue construida por la Orden de los Caballeros Templario.

En 1477 pertenece a don Rodrigo de Cárdenas, maestre de la Orden de Santiago, que es el encargado de construir la fortificación actual, continuando las obras su hijo, don Juan de Cárdenas.

En la fachada aparece una lápida con el año de 1582 como fecha de finalización, siendo alcaide de la misma don Pedro de Ayala y siendo comendador de la Orden de Santiago don Pedro Venegas de Figuero.

Ha sufrido muchas reformas y modificaciones. Hasta finales del s. XX era la escuela de la localidad. En el año 2001 se restauraron los tejados y unos años más tarde se reconstruyó uno de sus muros que se había caído.

Más que una construcción defensiva sus orígenes pudieron ser con fines administrativos. Es un edificio de planta irregular, más bien hexagonal, construido sobre una roca, en el centro de la localidad de Valencia del Ventoso. Su muralla presenta siete cubos de defensa de planta circular y conserva el almenado. Conserva la Torre del Homenaje que está situada en el centro del recinto. En  la fachada aparece la fecha de terminación y el escudo de Felipe II. Una vez dentro se accede a un patio de armas en torno al que están repartidas las distintas dependencias.

Actualmente no se puede acceder dado el mal estado de su interior y el peligro que supone, espero que lo puedan solucionar y poder acceder a este interesante emplazamiento.


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Recriação Oitocentista no Campo Maior

Fim de semana passado fomos a Campo Maior para vivenciar o Recriação Histórica do Cerco de 1811. 



O centro interpretativo da Fortificação Abaluartada de Campo Maior foi o palco de uma recriação histórica que pretende evocar o cerco de 1811 pelo exército francés. No início de 1811, começou a 3ª Invasão Francesa comandada por Massena. Em 11 de março de 1811, tropas francesas comandadas por Soult, tomaram Badajoz, este deu indicações a Mortier para que tomasse Campo Maior. 

Apesar da heroica resistência, comandada pelo major Talava, a praça de Campo Maior, com una guarnição moito escassa e fraca preparação militar, acabaria por cair e ser tomada pelos invasores.



O evento contou com um desfile pelas ruas do centro histórico, um baile oitocentista, bem como tabernas a época, entre outras atividades.



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Fortificações de Portalegre

Llegamos a la bonita Portalegre, siempre es un placer pasear por las calles de esta ciudad del Alto Alentejo, flanqueada por la Sierra de Sao Mamede. Además de sus fortificaciones es imprescindible visitar su catedral que data de 1556, año en el que se comenzó a construir la iglesia que luego dio origen a la catedral, construida por orden del Rey Juan III.

El “Castelo de Portalegre” está ubicado en la parroquia de União das Freguesias da Sé e São Lourenço, municipio y distrito de Portalegre, en Portugal. Se encuentra en una posición dominante sobre el pueblo, fue construido para defender la frontera del Alentejo. 

Poco se sabe sobre la ocupación humana temprana de su sitio. Durante la reconquista cristina de la región, la conquista definitiva a los musulmanes se produce en tre 1226, en estas primeras décadas del siglo XIII Portalegre pertenece a la Orden del Temple.

Afonso III de Portugal concede el primer fuero a Portalegre (1259), y dona sus dominios a su hijo el infante D. Afonso Sanches, hermano del futuro Dinis I de Portugal. Poco después, un documento atestigua la existencia, en 1274, de la Porta de Alegrete y, en consecuencia, del cerco urbano. En la misma fecha, otro documento hace referencia a las afueras de la Devesa. Se supone que la torre o atalaya que domina la ciudad, conocida como “Atalaião”, es un poco anterior a esta campaña de fortificación.

D. Dinis, a principios del siglo XIV, procedió a la reconstrucción y ampliación de su defensa, completando los muros del castillo, remodelando el torreón y la fortaleza, y, ante la expansión de la urbanización, construyendo una segunda muralla, sostenida por 12 torres y rota por 8 puertas. Data de 1299 el documento en el que D. Dinis concede a Portalegre el privilegio de no ser concedido su señoría, ni al Infante, ni al rico, ni a la rica dama, sino ser "d'El-Rei e de seu filho primeiro e herdeiro". 

En 1304, un documento menciona las siguientes estructuras militares: Torre Pessegueiro, Postigo de São Tiago, Porta da Alcáçova, foso de Alcáçova, foso del castillo, Torre de Pombal, Portal de Elvas, Porta da Devesa y Porta de Alegrete.

Manuel I de Portugal concedió el Foral Novo a la villa en 1511, que fue elevada a ciudad por João III de Portugal en 1550. Se cree que en el siglo XVI se iniciaron obras en la Porta da Devesa, y la reconstrucción de la bóveda de la Torre de Menagem, con estructura polinervada, reemplazando la original, por una cruz (estilo gótico), entonces posiblemente arruinada.

En la Guerra de la Restauración (1680-1668), la defensa de este tramo fronterizo recuperó una importancia estratégica. Por ello, se acometieron obras de modernización y refuerzo del conjunto defensivo, que se realizaron entre 1641 y 1646. Además de la fortificación abaluartada de la cerca, se adaptaron las torres para artillería y los fuertes de São Cristóvão, São Pedro y Boa Vista fueron construidos. En 1662 se realizaron obras en los muros, a cargo del ingeniero Luís Serrão Pimentel.

Durante la Guerra de Sucesión Española (1701-1714), las defensas de la villa resultaron insuficientes, y en 1704 fue ocupada por tropas españolas, francesas, italianas y holandesas, al mando de Felipe V de España (1700 -1724).

Después del terremoto de 1755, el Padre Gregorio Pegado Sequeira, decía en 1758, sobre el estado de las defensas de Portalegre, informa: “(…) de enemigos. No hay plaza de armas”.

En la llamada "Guerra de las Naranjas" (1801) cayó en manos de los españoles tras la retirada de las fuerzas portuguesas.

Porta de Alegrete



Durante la Guerra de la Independencia (1808-1814), en 1808 Portalegre fue ocupada por tropas napoleónicas quedando al mando del Castillo de Portalegre el general francés Louis Henri Loison, "el Manco".

El crecimiento urbanístico impuso, en la segunda mitad del siglo XIX, el abandono, ruina y destrucción de varios tramos del complejo militar. El conjunto se encuentra clasificado como Monumento Nacional por Decreto N° 8.217, publicado en la Gaceta Oficial, Serie I, N° 130, de 29 de junio de 1922.

En la década de 1960, se realizaron obras de consolidación, restauración y reconstrucción por la Dirección General de Edificios y Monumentos Nacionales (DGEMN). Posteriormente se derribaron varios edificios adosados ​​a las antiguas murallas, reconstituyéndose los parapetos y almenas en diferentes tramos. En 1972 el Estado portugués adquirió el castillo. El Núcleo Museológico de Castelo fue inaugurado en 1999 y exhibe piezas de armería desde el siglo XV hasta la Primera Guerra Mundial (1914-1918).

A mediados de la década de 2000 hubo intervenciones en algunas partes de las murallas, que se hicieron más accesibles al público. En junio de 2021, se produce la transferencia de la gestión, valorización y conservación de los equipamientos culturales del Estado a los Consejos Municipales, incluidos los Muros del Castillo de Portalegre y la Torre de Menagem.


Se trata de un ejemplo de arquitectura militar, con ambientación urbana, a 490 metros de altitud sobre el nivel del mar. El castillo, ubicado en el sector este de la parte más antigua de la ciudad, tiene una planta en forma de polígono octogonal irregular. Destaca la torre del homenaje, de planta cuadrangular, integrada en la muralla, protegiendo la puerta principal. Frente a esta torre se abre la Plaza de Armas, delimitada por dos torres en los ángulos de las cortinas, y en la que se pueden identificar vestigios de edificaciones.

La cerca de la villa tiene forma de óvalo irregular, con la particularidad de envolver al propio castillo. Fue reforzado por 12 torres, y en él se abrieron 7 puertas (de Postigo, Alegrete, Elvas, Devesa, Espírito Santo, Bispo y São Francisco), de las cuales solo quedan tres: la Porta de Alegrete, la Porta do Crato y Porta da Devesa. Este último, en el lado norte, era el más importante, y su configuración original estaba flanqueada por dos poderosas torres.

El “Fortim de São Cristóvão”, el “Fortim de São Pedro” y el “Fortim da Boavista” fueron testigos del refuerzo defensivo construido a mediados del siglo XVII, frente a las murallas medievales, a las que estaban conectados, dando la defensa el formato de un polígono estrella. De estos fuertes del siglo XVII sólo quedan vestigios del primero.



Vista del Castillo

Catedral

Torre del Homenaje


Callejeando, al fondo el Castillo

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Castelo de Montalvão


El "Castelo de Montalvão" se encuentra en la parroquia Montalvão, municipio Nisa, distrito de Portalegre, Portugal. Es en la época de la ocupación musulmana de la península, cuando el castillo de Montalvão ya se encuentra referido en la llamada "Crónica del Moro Rasis", en el siglo X. En la época de la Reconquista cristiana de la región, en el siglo XII, el castillo pasó a integrar la llamada "Línea del Tajo". Posteriormente pasó a pertenecer a la Orden de Cristo, creada por Dinis I de Portugal antes de la extinción de la Orden del Temple y aprobado por el Papa Juan XXII en 1319.

Castelo de Montalvão. Dibujo de Duarte de Armas (1509). Fuente: Fortalezas.org

Bajo el reinado de Manuel I de Portugal fue dibujado por Duarte de Armas en "Libro de fortalezas" (1509), donde podemos apreciar una muralla sin torres en la que se abre una puerta. Este soberano le otorgó carta de foral el 22 de noviembre de 1512. 

Durante la Guerra de la Restauración (1640-1668), recuperó importancia estratégica, convirtiéndose en primera línea. Curiosamente pese a ser un castillo menor, resistió en 1801 el asalto de las fuerzas españolas, mientras castillos mucho mejor guarnecidos y artillados como Marvão, Portalegre o Castelo de Vide fueron abandonados sin resistencia al invasor Pero en 1875, perdida ya su función estratégica y militar, el castillo calló en el abandono. En 1960 fue construido un gran depósito de agua. En 2012 fue declarado Monumento de Interés Público.
 

 
Presenta planta ovalada con dos torres y cisterna abierta en la plaza de armas. En el interior se encuentra un arca sepulcral de piedra rectangular con una de las caras labrada con elementos vegetalistas y la cruz de Cristo en el centro. A principios del siglo XVI, Duarte de Armas lo dibujó con tan sólo una muralla, sin ninguna torre anexa, realizándose el acceso al espacio intramuros por puerta única. Esta entrada fue reconstruida un siglo después dándole un aspecto clasicista que aún hoy ostenta.
 

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Castelo de Amieira do Tejo

 
Ubicado en la parroquia de União das Freguesias de Arez e Amieira do Tejo, en el municipio de Nisa, distrito de Portalegre, en Portugal. El antiguo pueblo de Amieira, a medio camino entre Belver y Nisa, formaba parte de la llamada "Línea del Tajo", en la margen sur de ese río. 
 
Durante la Reconquista cristiana y de la formación del Reino de Portugal, Sancho II de Portugal  realizó una importante donación de terrenos a la Orden de San Juan de Jerusalén, incluido el pueblo de Amieira. En 1256 Amieira ya es mencionada como villa, con fuero posiblemente asignado por el entonces prior de la Orden, D. Frei Gonçalo Viegas. También es posible que en este momento ya existiera una estructura fortificada. 
 
La construcción del castillo se produce bajo el reinado de Afonso IV de Portugal y se completaría formalmente en 1362. Durante la crisis sucesoria de 1383-1385, el Castillo de Amieira, junto con otros de la Orden, rindió obediencia a la Reina Beatríz de Portugal, legítima heredara del trono portugues, hija de Don Fernando.
 

El único episodio militar en el que se vio envuelto el castillo se produjo en 1440. Doña Leonor, Princesa de Aragón, tuvo un desacuerdo con el entonces regente, Don Pedro, Infante de Portugal y primer Duque de Coimbra, éste se retiró con la complicidad del entonces prior, Nuno de Góis, a Crato, habiendo invocado en su ayuda las fuerzas de Castilla. Ante esta insubordinación, Don Pedro determinó la ocupación de los castillos del Priorato de Crato en esta comarca fronteriza, ordenando a Don Álvaro Vaz de Almada, I Conde de Abranches, atacar el Castillo de Amieira. Sin oponer resistencia, los castillos se rindieron, el prior de Crato y D. Leonor huyeron a Castilla y se restableció la paz. El Castillo de Amieira pasó a manos de Pedro Rodrigues de Castro como alcalde al final del conflicto. 
 
Habiendo perdido su función militar, debido a la eliminación de las líneas fronterizas, el castillo perdió importancia. En los siglos XV y XVI, las dependencias del castillo se utilizaron como prisión y se realizaron pequeñas obras de reparación: bajo el reinado de João II de Portugal hacia 1488, y el de Manuel I de Portugal que concedió el Foral Novo a la villa en 1512 y nombró mayordomo de las obras reales de Amieira a Vasco Anes. La construcción de una capilla en el castillo data del siglo XVI, bajo la advocación de San Juan Bautista.
 

En el siglo XVII, se construyeron edificios residenciales dentro de los terrenos del castillo. En el siglo siguiente, en 1724, se realizaron obras de mejora y restauración del castillo, concretamente en el torreón.

En el siglo XIX, la ley del 21 de septiembre de 1835 prohibió los entierros en las iglesias y obligó a la construcción de cementerios municipales, que, en Amieira, se llevó a cabo en los terrenos del antiguo castillo. A principios del siglo XX se llevaron a cabo obras de conservación y restauración del antiguo castillo. Está clasificado como Monumento Nacional por Decreto N° 8.447, publicado en la Gaceta del Gobierno, Serie I, N° 233, del 10 de noviembre de 1922. El Ministerio de la Guerra cedió la propiedad a la Junta Parroquial en 1924 que, con la inauguración de un nuevo cementerio municipal, desactivó el antiguo cementerio del castillo.

De 1942 a 1949 se llevaron a cabo obras de consolidación y restauración por parte de la Dirección General de Edificios y Monumentos Nacionales (DGEMN) incluyendo el derribo de carpas adosadas a la barbacana y al torreón. En 1997 el antiguo castillo fue objeto de una campaña de prospección arqueológica, habiéndose investigado la plaza de armas, la barbacana y la plaza exterior. En 2006 el castillo fue cerrado a la visita pública,. En 2008 se firmó un protocolo entre la Dirección Regional de Cultura del Alentejo (DRCALEN) y el Municipio de Nisa permitió acometer trabajos de conservación y restauración de la Torre de Menagem, recalificándola como espacio museístico.
 
Detalle de Marcas de Canteros
 
Estamos ante un ejemplo de arquitectura militar de estilo gótico, con un entorno urbano. De tamaño pequeño, tiene forma rectangular. Los muros, almenados, están reforzados en los vértices por cuatro torres de sección cuadrada que se conectan entre sí por los adarves de los muros. La Torre São João, al sureste, se divide internamente en dos pisos; la Torre del Homenaje, al noreste, de mayores proporciones, se divide en cuatro plantas, rotas por ventanas, una con marco gótico ajimezado y otra con arco apuntado y entramado. Las plazas norte y sur tienen escaleras contiguas que dan acceso a los adarves.

Las torres, no macizas, con mazmorras u otros usos en la planta baja, parecen ser características de los edificios hospitalarios en Portugal. Dos de ellas, la Torre do Sanguinho y la Torre do Pandeirinho, muestran huellas de pinturas murales medievales en algunos alzados interiores de carácter geométrico y figurativo. El torreón tiene la función de defender la puerta de armas que posee un arco quebrado. En la diagonal opuesta, abre la puerta de la traición, junto a la torre suroeste. En el interior de las murallas se abre la plaza de armas, donde se ubica el aljibe y quedan vestigios de viviendas, posiblemente del antiguo Palacio, añadidas a los muros sur y norte.
 

En el exterior, el conjunto se completa con un foso (hoy rellenado) y una barbacana de planta pentagonal, con muros también almenados. Todavía extramuros, pero adyacente a una de las torres, al este, se levanta la Capilla de São João Baptista, de estilo renacentista, con portal de arco de medio punto con dovelas almohadilladas, rematado por una inscripción con la fecha “1556”. 
 
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Castelo de Nisa

El “Castelo de Nisa”, está ubicado en la parroquia de União das Freguesias de Espírito Santo, Nossa Senhora da Graça y São Simão, municipio de Nisa, distrito de Portalegre (Portugal). La comarca de Nisa ha estado habitada desde la época prerromana, y la presencia romana en el lugar aún conserva algunos vestigios importantes. El asentamiento primitivo estaba situado al noreste del actual, en la elevación donde actualmente se encuentra la Capilla de Nossa Senhora da Graça.

Durante la reconquista cristiana de la región, los dominios de Nisa fueron donados por Sancho I de Portugal a los caballeros de la Orden del Temple. La primera Foral fue otorgada entre 1229 y 1232 por el entonces Maestro de la Orden Frei Estêvão de Belmonte. El pueblo y su castillo fueron realizados por los caballeros de la Orden del Temple, bajo la dirección de su entonces Maestro, D. Lourenço Martins. La obra se completaría seis años después, en 1296. Con la extinción de la Orden, sus dominios fueron transferidos a la Orden de Cristo en 1319. Alfonso IV de Portugal, ordenó a los pueblos de Castelo Branco y Nisa la construcción de nuevos muros.

En la crisis de sucesión de 1383-1385, el pueblo y su castillo fueron de los primeros en apoyar al partido Mestre de Avis, el futuro João I de Portugal, por lo que el soberano le otorgó el título de “Muy Notable”. A principios del siglo XVI, bajo el reinado de Manuel I de Portugal la aldea recibió el Foral Novo (1512). 

Durante la Guerra de Restauración (1640-1668) las defensas del pueblo se modernizaron con la adición de un segundo cinturón defensivo. Nisa fue elevado a la categoría de Marquesado (1646), título otorgado al quinto conde de Vidigueira, D. Vasco Luís da Gama. Posteriormente, en 1662, se llevaron a cabo nuevas obras en las murallas, dirigidas por el ingeniero militar Luís Serrão Pimentel.

Praça Forte de Nisa. Nicolau de Langres (1661). Fuente: Biblioteca Nacional de Portugal

En el periodo de la Guerra de Sucesión española (1701-1714), la villa fue ocupada durante unos días por tropas franco-españolas (junio de 1704), lo que provocó importantes daños en sus defensas. En 1744 las dos torres que flanquean la Porta da Vila ya estaban unidas por bóveda de cañón, ampliando el túnel de entrada.

El conjunto de “Porta de Montalvão, Porta da Vila y restos de la muralla de la ciudad de Nisa” está catalogado como Monumento Nacional por el Decreto No. 8.228, de la Dirección General de Bellas Artes, publicado en el Boletín Oficial del Estado, Serie No. 133, de 4 de julio de 1922.

Se trata de un ejemplo de arquitectura militar, medieval, en un contexto urbano. El primitivo castillo templario, tenía sus murallas sostenidas por seis torres, desgarradas también por seis puertas. Poco queda del conjunto defensivo del siglo XVI, formado por un extenso muro de granito reforzado por torres, presidido por la Torre del Homenaje, con barbacana.

Porta da Vila

Torre del Reloj

La Porta da Vila, de arco apuntado a base de impostas cuadradas, está flanqueada por dos medias torres, de planta rectangular, con almenas. Sobre el arco de piedra de cierre, orientado hacia el exterior, se encuentran dos escudos puntiagudos, uno de ellos el escudo de Portugal con las cinco esquinas. En 1646 se añadió una lápida evocadora de la decisión tomada en los tribunales de Lisboa ese mismo año, cuando D. João IV tomó oficialmente a Nossa Senhora da Conceição como patrona del Reino. La colocación de esta lápida, rematada por una hornacina con la estatua de la Virgen, siguió a un acto idéntico en las puertas del capitel. La lápida y la imagen, así como otra lápida manuelina, se quitaron en 1945, cuando se pretendía restaurar la puerta a su diseño original. A pesar de ello, aún se conservan dos escudos del siglo XVI en el lienzo de la pared pegado a la puerta. El muro en el que se rompe la puerta está rematado por tres almenas. Adyacente a la torre oeste, se alza la Torre del Reloj, de construcción posterior. El acceso a las torres se realiza a través de una escalera de piedra, de dos tramos, adosada al muro por los lados interior y oeste, por la que se accede. Junto a la Porta da Vila también se encuentra la Torre de la Iglesia Matriz.

Porta de Montalvão

Torre Rectangular junto a la Porta de Montalvão


La Puerta de Montalvão, llamada así porque da a la vecina aldea del mismo nombre, tiene un arco quebrado, junto a ella se encuentra el edificio Cadeia Nova. Está rematado por una lápida enmarcada que presenta la Cruz de Cristo y dos conjuntos de 5 esquinas. Al norte, la muralla, donde se inclina la cima oriental de la Cadeia Nova, se conecta a una torre de sección rectangular levantada sobre roca.


Fortificación Abaluartada de Elvas

Portas de Olivenza

La “Praça-forte de Elvas” está ubicada en la parroquia de Caia, São Pedro y Alcáçova, en el municipio de Elvas, distrito de Portalegre, en Portugal. Formaba parte de la primera línea defensiva del Alentejo, junto a los baluartes de Campo Maior, Ouguela, Olivença y Juromenha. A tan sólo 15 kilómetros de Badajoz, en España. Elvas era un punto estratégico para la defensa de la comarca del Alto Alentejo, por ello, ha concentrado, a lo largo de los siglos, un potente sistema defensivo, basado en las suaves elevaciones distribuidas por la llanura circundante y sobre el vecino río Guadiana.

Es considerada la fortaleza más poderosa del país e inexpugnable, se la conocía como la “Rainha da Fronteira” y la “Chave do Reino”. Junto con el Forte da Graça y Forte de Santa Luzia, es uno de los mejores ejemplos de fortificaciones abaluartadas del mundo, con un perímetro de más de 10 kilómetros. Todavía se puede ver en cercas urbanas medievales, edificios musulmanes rehabilitados por cristianos, que aún conservan puertas con arcos de herradura. La fortificación abaluartada es un ejemplo muy raro en Europa del Método de Fortificación Antiguo Holandés.


Durante la Crisis de Sucesión de 1580, la ciudad fue ocupada sin resistencia por tropas al mando de D. Sancho de Ávila, debido a la traición de su alcalde. Durante la Guerra de Restauración (1640-1668), aquí se produjeron las primeras escaramuzas, y en septiembre de 1641 se produjo el primer asalto de las tropas españolas, bajo el mando del Conde de Monterrey, repelido por las fuerzas portuguesas al mando de D. João da Costa, primer conde de Soure. Se creó en ese momento un Consejo de Guerra y el país se dividió en provincias militares: Miño, Trás-os-Montes, Beira, Extremadura, Alentejo y Algarve. Debido a la importancia de su posición estratégica, Elvas se convirtió en la sede del Gobierno de Armas del Alentejo, al mando de Matías de Albuquerque, militar experimentado en las campañas de Brasil, que inició amplios cambios e importantes refuerzos en la defensa. Inicialmente consistió en abrir trincheras y fortalecer la barbacana, además de abrir un foso.


Entre 1641 y 1653 se llevó a cabo la construcción del baluarte de la fortaleza de Elvas, demoliendo gran parte de la antigua muralla fernandina. Entre 1641 y 1648 se construyó el Fuerte de Santa Luzia. Resistió un asedio de quince mil españoles, bajo el mando de la Marqués de Torrecusa, durante nueve días (noviembre de 1644). Torrecusa, que ya había derrotado a Matías de Albuquerque en la batalla de Montijo (26 de mayo de 1644), se retiró con sus tropas a Badajoz.


A partir de octubre de 1658, un ejército español de 14.000 infantes, 5.000 jinetes y 19 piezas de artillería, al mando del Primer Ministro D. Luis Méndez de Haro y Guzmán, inició una nueva campaña para conquistar Elvas, que podría desembocar en el fin del conflicto. En el interior del fuerte, una epidemia había reducido el número de tropas portuguesas, bajo el mando del entonces gobernador de esta plaza, D. Sancho Manoel de Vilhena, primer conde de Vila Flor, de 11.000 a apenas 1.000 hombres capaces de combatir. El general de caballería y alcalde de Sintra, André de Albuquerque de Ribrafria, autor del plan de defensa, logró eludir al enemigo una noche. El auxilio portugués, compuesto por ocho mil infantes y dos mil novecientos caballeros, al mando de D. António Luis de Meneses, primer marqués de Marialva y tercer conde de Cantanhede, llegó a Elvas en enero. La disposición de sus fuerzas indujo a los generales españoles a dividir sus tropas por los sectores.

Praça Forte de Elvas. Autor: Nicolau de Langres (1661).  Fuente: Biblioteca Nacional de Portugal

En la madrugada del 14 de enero de 1659, una espesa niebla impidió a los españoles conocer la disposición del ejército portugués. Cuando se disipó, fue cuando los españoles se dieron cuenta de que el ejército portugués atacaba en formación cerrada precisamente desde el punto donde se había concentrado. En la batalla que siguió (Batalla de las Líneas de Elvas), falleció el general André de Albuquerque. La victoria portuguesa salvó no solo a la ciudad, sino al país. A las puertas de Elvas, el enemigo desarmado abandonó todo el campamento, la artillería y 15.000 escopetas, habiendo llegado a Badajoz sólo 5.000 infantes. La hazaña le valió a D. António Luís, el título de Marquês de Marialva.

La plaza resistió con éxito un nuevo asedio, por parte de las fuerzas españolas al mando de D. Juan José de Austria (1663). Posteriormente, en la Guerra de Sucesión española (1701-1714), resistió los asedios impuestos por las tropas franco-españolas al mando del Marqués de Bay en 1706 y 1711. 



Friedrich Wilhelm Ernst Von Shaumburg-Lippe, fue llamado a Portugal por el marqués de Pombal para reorganizar el ejército portugués, notó una debilidad en la defensa de Elvas: una colina de 404 metros de altura, el Monte da Graça. Así, por orden suya, entre 1763 y 1792 se llevó a cabo la construcción del Forte da Graça, en sustitución de la iglesia gótica que allí existía. Durante este período, en 1767, se construyó el Cuartel del Casarão, aprovechando las cortinas laterales del Baluarte del Casarão. Las obras se llevaron a cabo bajo la dirección del teniente general ingeniero militar Guillaume-Louis-Antoine de Valleré.

Praça Forte de Elvas. Plan D'Elvas. Autor: Alain Manesson Mallet (1696). Fuente: Peace Palace Library

En el contexto de la denominada “Guerra das Laranjas” (1801), sufrió el acoso de las tropas españolas al mando de D. Manuel de Godoy. Años más tarde, en 1808, el fuerte fue rodeado por fuerzas del ejército luso-británico. En este contexto, se plantearon la construcción del Fortim de São Mamede (1810-1812), el Fortim de São Domingos (1810), el Fortim de São Francisco (1812) y el Fortim São Pedro (1815).

En el contexto de la Guerra Civil portuguesa (1828-1834), la plaza es un bastión absoluto. El Regimiento de Infantería nº 17 estaba estacionado en Elvas. Finalizado el conflicto, con la firma del Convenio de Évora-Monte (26 de mayo de 1834), se extinguió el Regimiento de Infantería No. 17. En 1874 la fortaleza estaba compuesta por 6.848 hombres y artillería con 137 piezas y 12 morteros. La reorganización militar portuguesa de 1884 le quitó importancia al bastión.


La "Cidade Fronteiriça e de Guarnição de Elvas e suas Fortificações" está catalogada como Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO el 30 de junio de 2012. El conjunto corresponde a una superficie de 690 hectáreas, que comprende el centro histórico y sus cinturas amuralladas, musulmanas, fernandinas y siglo XVII, el Acueducto de Amoreira, el Fuerte de Santa Luzia, el Fuerte de Graça y el Fuerte de São Mamede, São Pedro y São Domingos.

Con la Guerra de Restauración (1640-1668), aunque Elvas mantuvo parte de la muralla medieval, se impuso la modernización de sus defensas. La nueva fortificación abaluartada involucró a la ciudad, transformándose así en un enorme cuartel, siguiendo el antiguo método de fortificación holandés. Las obras de su cinturón exterior, diseñadas por el Conde de Torre, estuvieron a cargo del teniente general Rui Correia Lucas, con la colaboración del arquitecto militar jesuita holandés Joannes Cieremans (Cosmander), también responsable del diseño de una gran cisterna con 2.200 m³.

Baluartes:

La fortificación está compuesta por 7 baluartes (Santa Bárbara, Porta Velha, Casarão, Praça de Armas, Olivença, São João de Deus y N. Sra. Conceição), 4 medios baluartes (São João da Corujeira, São Domingos, Trem y Príncipe), multitud de revellines, la obra corona (una punta de flecha defensiva ante ataques provenientes de Badajoz) e innumerables obras exteriores. En el interior, en una zona urbana de marcado carácter militar, con cuarteles para tropas y almacenes. El Cuartel de Casarão, obra a prueba de bombas, caracterizada por una gran solidez, tenía capacidad para hasta 3.000 hombres. 

Cuartéis do Casarão

Porta de Olivença:

Era la principal entrada de la plaza fuerte. De ella salía el camino que la comunicaba con la vecina Olivenza y el enclave fortificado de Juromenha, en la margen derecha del Río Guadiana. Desde sus inmediaciones, una potente caponera la comunicaba con el fuerte de Santa Lucía. Además un túnel, excavado en la roca, permitía el transito de municiones y personal entre ambos enclaves. La puerta como tal, estaba defendida por un potente revellín perfectamente artillado al que se accedía por uno de sus costados y un puente que podia ser elevado. El espacio intermedio entre el revellín y la cortina trancurre en recodo, siendo el foso y el puente perfectamente batidos desde ambos flancos por la artillería. La puerta de acceso a la ciudad se abre en la cortina, formando ambas un bello conjunto de trazas renacentistas, profusamente adornado con las armas y escudos de Portugal. Fue levantada en el siglo XVII, concretamente en el año 1685, durante el reinado del monarca D. Pedro II, según consta en las magníficas incripciones que figuran en sus frentes.

Portas de Olivenza

Porta de São Vicente:

Como en el caso anterior, la Puerta de Sao Vicente es de estilo renacentista y están dotadas de un bello diseño arquitectónico. Por lo tanto también son de doble estructura. La primera se encuentra en el revellín que se antepone a la cortina. La segunda o principal, se sitúa en la cortina, y permite el paso a través de un túnel en recodo, por el que se accede al barrio de Boa Fé. Ambas puertas están unidas por un puente que salva el foso. En la puerta del revellín una hornacina alberga la imagen de San Vicente, santo titular de las mismas.


Porta da Esquina:

Esta puerta tiene un estructura muy similar a sus dos hermanas. Se conoce también como Puerta de la Concepción, al tomar ese nombre de una ermita o capilla, que con esa advocación se levantó sobre la misma cortina donde se encuentra.

Portas da Esquina

Obra Corona:

Como una flecha enfilando el camino a España, este elemento sobresale del conjunto, avanzando desde el Baluarte de Puerta Vieja. Es similar a una especie de caponera que culmina en un pequeño baluarte y dos medias lunas laterales.

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