Castillo de la Encomienda


También llamado Torre de los Moros, se encuentra en el término municipal de Medina de las Torres, cercano al arroyo del Prado y muy cerca de la carretera que une la localidad de Valencia del Ventoso con Medina de las Torres. Este lugar pudo ser un enclave vigía de Sierra Morena.

Aunque el castillo también se denomina Torre de los Moros, puede hacer pensar en un origen musulmán, aunque las excavaciones arqueológicas realizadas en la fortificación no han encontrado ningún rastro de época musulmana, confirmado su origen bastante posterior. Perteneciente a la Orden de Santiago, puede datarse a finales de la Edad Media, últimos años del siglo XIV o primera mitad del XV.


El rey Fernando III, tras su conquista, encomendó a la Orden de Santiago la repoblación de la zona comprendida entre el Guadiana y Sierra Morena. Las heredades donde se asentará Medina fueron cedidas al caballero portugués Martín Anes do Vinhal en compensación a los muchos favores que había hecho a la Orden, quien  fundará y dará nombre a Medina con colonos portugueses.

El castillo tenía una cerca exterior de mampostería de la que quedan algunos restos, así como de un foso y una serie de torres defensivas. La adaptación al terreno, cresta de una pequeña loma, obligó a que tuviera forma elíptica. La entrada a este recinto exterior estaba en el flanco sur-oriental y contaba con dos torres de sección cuadrada, una en cada flanco, mientras que la entrada al recinto principal estaba en el flanco oriental. Este recinto era de escasas dimensiones, alrededor de 250 metros cuadrados, era de dos plantas y disponía de dos torres, una es la torre del homenaje, cilíndrica con una cámara en su extremo superior, y otra semi-circular.


En el interior del primer recinto disponía de mazmorra, cocina, bodega y dos caballerizas. Dentro del recinto principal tenía departamentos para vivienda, un aljibe, almacenes, una capilla y unas caballerizas. Los sillares primitivos, que solo estaban montados en las esquinas, fueron posteriormente repuestos ya que los anteriores habían desaparecido en su mayoría.

A finales del siglo XV pierde su carácter militar de defensa y adquiere una función administrativo, residencial y agropecuaria, por lo que sufre modificaciones en el perímetro de la barrera llevándose a cabo una ampliación de la misma, además de añadirse nuevas dependencias para el almacenaje de diezmos y primicias del comendador. A partir de entonces comienza su declive y progresivo abandono sufriendo expolio de materiales. Señalar por último que en 1997 la torre norte sufrió un derrumbe por lo que se procedió a realizar en todo el edificio trabajos de restauración y consolidación.


No nos vamos de la localidad sin visitar el Yacimiento Arqueológico de la ciudad romana Contributa Iulia, de la mano de Marian, guía del centro de interpretación nos explica la historia de este fantástico lugar en un emplazamiento que no te esperas. Nos adentramos en la ciudad por una de sus originarias puertas de acceso, al oeste, que estaba flanqueada por dos torres, en este lugar se puede ver los restos de la muralla y una fuente que conserva la canalización de plomo. Subimos por el decumanus máximo pasando por un área comercial donde vemos en las entradas los anclajes de las primitivas puertas. En el cruce del decumanos con el cardo máximo encontramos el foro, posee diversos edificios, un área sacra con banco corrido que conserva el suelo original, edificios civiles, tabernae dispuestos en la zona sur. Pero lo que más destaca es la impresionante basílica. Fuera del recinto amurallado, los últimos trabajos han descubierto un anfiteatro. Una maravilla de lugar. 



Castelo de Alcoutim

Castelo de Alcoutim

El Castelo de Alcoutim, también llamado "Castelo Novo", está situada en la parroquia de União das Freguesias de Alcoutim y Pereiro, en el municipio de Alcoutim, en el distrito de Faro, en Portugal. Situada en el margen derecho del arroyo São Marcos, en su confluencia con el río Guadiana, en una posición dominante sobre una colina al sur del pueblo. En la orilla opuesta del Guadiana se alza la Fortaleza de Sanlúcar de Guadiana, en territorio español. Ya desde Sanlúcar de Guadiana se divisa el Castelo de Alcoutim, cruzamos el río Guadiana en un barco para adentrarnos en esta población y descubrir su castillo.

A principios del siglo II a.C., los romanos conquistaron Alcoutim en un momento en que era un próspero centro comercial, gracias a su concurrido puerto fluvial. La fortificación se transformó en una base de ocupación militar y el pueblo se convirtió en un importante centro político, que pasó a ser conocido como “Alcoutinium”. La villa fue tomada por los alanos en el 415, cayendo en franco declive, debido a la paralización de las exportaciones de minerales.


Conquistada por los musulmanes en el año 715, cambiaron el nombre por el de “Alcatâ”, aunque no pudieron devolverle la antigua importancia económica y política a la ciudad.

En la Reconquista cristiana de la Península Ibérica, la región fue conquistada por las fuerzas de Sancho II de Portugal en 1240. Con el objetivo de aumentar la población y defensa de estos dominios, el soberano le atribuyó el título de villa, haciendo reconstruir el castillo y levantando una muralla, prolongándose estas obras hasta la segunda mitad del siglo XIII.

Bajo el reinado de Dinis I de Portugal, la villa recibió fuero el 9 de enero de 1304 y su dominio fue donado a la Orden de Santiago. De esta época data la renovación del castillo y de las murallas, quedando hasta la fecha sólo dos puertas ojivales, que atestiguan su origen gótico.

Interior del Castillo

Fue en este lugar donde se firmó el Tratado de Alcoutim el 31 de marzo de 1371 entre los reyes Fernando I de Portugal y Enrique II de Castilla, que puso fin a la Primera Guerra Fernandina (1369-1370), según registra el cronista: "(...) en una villa llamada Alcoutim, obispado de Silves en el reino del Algarve"

João II de Portugal y Manuel I de Portugal, siguieron prestando atención a este castillo. Este último modernizó sus defensas, que están representadas por Duarte de Armas en el "Livro das Fortalezas" (1509).

Castelo de Alcoutim. Duarte de Armas. 1509

Planta del Castelo de Alcoutim. Duarte de Armas

Durante la Guerra de la Restauración (1640-1668) Afonso VI de Portugal levó a cabo mejoras en sus defensas, con el objetivo de adaptarlo al fuego de la artillería moderna, con los baluartes de Cortadoiro y Santa Bárbara. La fortificación tuvo una participación activa en el conflicto.

También desempeñó un papel activo en el contexto de la Guerra Civil portuguesa (1828-1834). Sin función militar, fue abandonado, siendo finalmente destinado a otros fines, como matadero municipal, hacia 1878.

Río Guadiana

Fue traspasado a la Camara Municipal de Alcoutim, por orden de traspaso de fecha 26 de septiembre de 1941. Entre 1960 y 1990 el monumento fue objeto de consolidación y restauración por parte de la Dirección General de Edificios y Monumentos Nacionales (DGEMN), con diversas acciones. A partir de 1992, la Camara Municipal de Alcoutim llevó a cabo un proyecto de revitalización del conjunto, que se tradujo en las primeras prospecciones arqueológicas en el interior del recinto con la construcción de un centro museístico dedicado a la Arqueología del Municipio. La “Fortaleza de Alcoutim” está clasificada como Bien de Interés Público por el Decreto N° 45/93, publicado en el Diário da República, I Serie-B, N° 280, de 30 de noviembre de 1993.

Es un ejemplo de arquitectura militar medieval en un entorno urbano, con planta irregular. El castillo tiene planta rectangular, mide aproximadamente 50 metros de largo y 40 metros de ancho, en una estructura irregular de piedra. En la actualidad, sólo dos puertas de arco ojival, una de las cuales fue descubierta recientemente, evocan la fase gótica del monumento.

Praça Forte de Castro Marim

Castillo

La “Praça-forte de Castro Marim” está formada por una serie de estructuras defensivas ubicadas en la parroquia y municipio de Castro Marim, en el distrito de Faro, en Portugal. Se trata del Castillo también llamado "Castelo Velho", la Muralla de Fora, el Forte São Sebastião, el Revellím de Santo António y una Batería ya desaparecida. En nuestro caso visitamos el Castillo, el Forte São Sebastião se encontraba cerrado en esos momentos.

Se trata de una Fortificación Raiana, cuya función era la defender el paso del río Guadiana, enfrentado, al otro lado del río, con el bastión de Ayamonte, en España. Desde arriba se tienen una espectaculares vistas  panorámica sobre el río, la Reserva Natural do Sapal, las montañas del Algarve, España, y las salinas.

Las investigaciones arqueológicas indican que la ocupación humana primitiva del Monte do Castelo se remonta a tiempos prehistóricos, al final de la Edad del Bronce. Desde entonces no ha habido interrupción en esta ocupación, siempre ligada a la actividad comercial marítima en el mar Mediterráneo, sucesivamente por navegantes fenicios, griegos (854 a. C.) y cartagineses (finales del siglo IV a. C.) hasta la destrucción de la villa por un fuerte terremoto anterior a la llegada de los romanos.

La muralla defensiva más antigua identificada en el recinto del actual castillo data del siglo VIII a.C., habiéndose ampliado otras estructuras en los siglos siguientes, especialmente entre los siglos V y III a.C. En la época de la invasión romana de la Península Ibérica, el río Guadiana servía de frontera entre las provincias Bética y Lusitania. De aquí partían las transitadas carreteras que unían Baesuris (Castro Marim) con Myrtilis Iulia (Mértola, al norte), con Ossonoba (Faro) y Balsa (Tavira), por la costa (al oeste) y Onoba Aestuaria (Huelva, al el este). Posteriormente, manteniendo su importancia, fue ocupado por vándalos y musulmanes, atribuyendo algunos autores a estos últimos la construcción del primitivo castillo, de planta cuadrada, con torres semicirculares en los vértices, entre los siglos IX y XIII.

Interior del Castillo

En el momento de la Reconquista cristiana de la Península Ibérica, en la década de 1230, la región oriental del Algarve estaba sistemáticamente dominada por las fuerzas de la Orden de Santiago. Sancho II de Portugal llegó a la desembocadura del río Guadiana donde conquistó Mértola y Ayamonte (1238). Siguió la conquista definitiva de Castro Marim, al mando del Maestre de la Orden de Santiago, D. Paio Peres Correia (1242). En 1274, Afonso III de Portugal inicia el poblamiento oficial de Castro Marim, como atestigua la inscripción epigráfica de una de las puertas del antiguo castillo y le concedió un fuero el 8 de julio de 1277, con la determinación de reconstruir su defensa.

Bajo el reinado de Dinis de Portugal se inició la reconstrucción de la puerta del castillo, el soberano confirmó y prorrogó el fuero de la ciudad el 1 de mayo de 1282. Posteriormente, en virtud de la negociación y firma del Tratado de Alcañices, el 12 de septiembre de 1297, Portugal cedió los dominios de Aroche, Ayamonte, Aracena y otros, recibiendo a cambio los de Campo Maior, Olivença y otros en la región, el soberano ordenó el reforzamiento del castillo de Castro Marim (1303) y la construcción de una barbacana. Estas estructuras se conocieron respectivamente como "Castelo Velho" y "Muro de Fora".

Ante la extinción de la Orden de los Templarios, por Bula del Papa Juan XXII, Bula “Ad ea ex quibus cultus augeatur” del 14 de marzo de 1319, Castro Marim fue donado a la recién creó la Orden Militar de Cristo que estableció allí su primer cuartel, ya que tenía "castello muy forte a que a desposiçom do lugar da seer defeso, que he na fronteyra dos dictos enmijgos e parte con eles". (Monumenta Henricina, doc. 62, p. 112).

Livro das Fortalezas. Duarte de Armas. 1509

A partir de 1357, con el traslado de la sede de la Orden a Tomar, bajo el reinado de Pedro I de Portugal, la ciudad pierde importancia estratégica y comienza a despoblarse. Los señoríos de Castro Marim fueron entregados a la Orden de Santiago. En 1475 se derriban castillos del Algarve, citando este por su nombre de Castro Marim. De esta época data la construcción de la Iglesia de Santiago, en el interior de la plaza, con residencia en este castillo del Infante D. Henrique, ya nombrado Maestre de la Orden de Cristo (1417). João I de Portugal expidió una carta a la villa, con vistas a aumentar la población.

Afonso V de Portugal (1438-1481), en una visita a la villa (1453), regula la pesca en el Castillo de Castro Marim. João II de Portugal confirmó su fuero en 1485, al igual que Manuel I de Portugal en 1495. Este último también le concedió el Foral Novo el 20 de agosto de 1504, cuando ordenó la reparación de sus defensas, incluidas las murallas del castillo. Estas obras están registradas por Duarte de Armas en el “Livro das Fortalezas” (1509).

Con el inicio de la expansión marítima portuguesa, la región del Algarve adquirió una nueva importancia estratégica, debido a su proximidad a los mercados del norte de África. Esta plaza cumplía un doble objetivo: apoyo logístico a las plazas africanas y vigilancia ante la acción de los corsarios, activos en la región. En el último cuarto de ese siglo, la villa y su castillo se describían de la siguiente manera:

"Está Castro Marim situado na cabeça de um monte alto, de todas as partes cercado de mar senão de poente, e o sítio &eacPraça-forte de Castro Marimute; bem acomodado ao lugar donde está, que é fronteira de Castela, onde tem por competidora uma grande vila, mas espalhada, chamada Aiamonte (…).

É o mais desta vila cercado com boa fortaleza e o seu arrabalde e tudo junto representa majestade aos que vêm de longe, pelo ligar alteroso, em que está posta, com que mostra seus edifícios, tudo o qual bem considerado, parece que favorecido pela natureza, está ameaçando não só a sua vizinha Aiamonte mas toda a Castela. (…)" (Frei João de São José. Chorographia do Reyno do Algarve. 1577.)

Interior del Castillo

Durante la crisis sucesoria de 1580, cuando se levantó el partido del Prior de Crato, los miembros de la Junta de Defensa del Reino, constituida tras la muerte del cardenal D. Henrique, se retiraron a Castro Marim, de donde se trasladaron a Ayamonte. Allí protegidos, redactaron y firmaron una declaración en la que reconocían los derechos de Felipe II de España al trono de Portugal.

Con la Guerra de la Restauración (1640-1668) la posición limítrofe de Castro Marim recuperó importancia estratégica y su defensa fue remodelada con la construcción de una fortificación abaluartada. Estas obras solo se completaron durante el reinado de Afonso VI de Portugal (1656-1667), complementadas con el Forte de São Sebastião, el Revelim de Santo António y la Batería del Registro.

El tsunami resultante del terremoto del 1 de noviembre de 1755 destruyó parcialmente la ciudad y las fortificaciones de Castro Marim. El mayor daño se registró en la Iglesia de Santiago, completamente arruinada, pasando de la iglesia matriz a la Ermita de Nossa Senhora dos Mártires. Las fortificaciones fueron reparadas por orden de José I de Portugal. A medida que la población fue creciendo, las puertas y la mayor parte de las murallas entre el casco antiguo y la cumbre fueron demolidas para dar paso a nuevas viviendas. Sin embargo, el resto de la fortificación ha sobrevivido intacto.

Forte de São Sebastião

El Castillo de Castro Marim está clasificado como Monumento Nacional por Decreto del 16 de junio de 1910, publicado en la Gaceta del Gobierno n.º 136, del 23 de junio de 1910. El castillo es cedido al Municipio de Castro Marim el 23 de agosto de 1941.

La Dirección General de Edificios y Monumentos Nacionales (DGEMN), entre 1942 y 1960 llevó a cabo obras de consolidación y reconstrucción del castillo, así como adecuación del museo. Nuevas intervenciones de la DGEMN se produjeron entre 1977 y 1979, y entre 1980 y 1983. Entre 2000 y 2003, arqueólogos de la Facultad de Letras de la Universidad Clásica de Lisboa, bajo la dirección de la arqueóloga Ana Maria Arruda, realizaron campañas de excavación arqueológica. En 2004 se realizó una extensa campaña de restauración en el Fuerte de São Sebastião y en el Revelim de São Sebastião, que actualmente se encuentran en buen estado. La Batería de Registro no fue intervenida, encontrándose en precarias condiciones de conservación.

Ejemplo de arquitectura militar, medieval, con ambientación urbana. En una posición dominante sobre una colina, el castillo medieval tiene una planta cuadrangular irregular, con cuatro torreones cilíndricos en los vértices, atravesados por un pasarela, donde se abren dos puertas, una al norte y otra al sur, una de las cuales está rematada por un escudo de piedra y una inscripción epigráfica. Dentro de la plaza principal, hay edificios de dos pisos adyacentes a los muros oeste y norte; en el lado este, las ruinas de la ciudadela primitiva.

Al abrigo de la barbacana, de planta triangular, atravesada por una pasarela, se levantan la Iglesia de São Tiago, la Iglesia de Santa María, la Iglesia de la Misericordia y un museo, con testimonios arqueológicos de la ocupación de la región. En el vértice sur hay una plataforma de artillería, en los vértices este y oeste, dos torreones cuadrangulares, cubiertos por terrazas en las que las puertas se abren en arco de medio punto. Rematando la puerta del torreón oeste, un escudo y una inscripción epigráfica.

Murallas

El proyecto llevado a cabo en el contexto de la Guerra de la Restauración comprendía una moderna línea abaluartada, que se extendía por debajo del castillo medieval, y bordeaba su alzado por el lado sur. Esta línea culminó con un nuevo fuerte, en su punto más alto: el Fuerte de São Sebastião. Este tenía dos medias baluartes mirando al norte y otras dos medias baluartes mirando al sur. Al este del fuerte había un muro más regular con tres baluartes: un baluarte central, con dos medios baluartes a cada lado. Un extenso muro recto iba desde el medio bastión en el este hasta el lado este de la ciudad vieja en el norte. Esta muralla estaba flanqueada al norte por un medio baluarte erigido justo debajo de las murallas medievales de la ciudad. 

El lado este se erigió una batería semicircular en su extremo oriental, que pasó a ser conocida como Revelim de Santo António, debido a la capilla que allí se construyó. Se enfrentó al lado español entre Castro Marim y el río. Estaba conectado a la fortificación principal por un muro que corría a lo largo del lado norte de la cresta. A poca distancia, al este, se encontraba otra batería, la Batería de Registro, a una altura de dos metros sobre el nivel del mar, que custodiaba un canal que conducía al río.


Muralla y Alcázar de Zafra


Volvemos a la provincia de Badajoz, a Zafra, para visitar los restos de la Muralla Medieval y su Alcázar. Desde finales del siglo XIV, esta ciudad ha estado asociada a los Suárez de Figueroa, convirtiéndose mas tarde en la capital donde esta familia gobernaba un próspero condado desde 1460, más tarde convertido en Ducado. 

La Muralla Medieval

Se piensa que previamente en la ciudad había alguna fortificación musulmana de la cual no queda vestigio alguno. Pero los importantes cambios urbanos comienzan con la construcción de una muralla entre 1426 y 1449, mandada construir por Lorenzo II Suárez de Figueroa, primer conde de Feria, quien colocó la primera piedra en presencia de su padre Gomes I. Testimonio del recinto amurallado de la villa es esta inscripción que Lorenzo II mandó colocar en la muralla, en la entrada de la Puerta de Sevilla, que hoy puede verse en el vestíbulo del Parador de Turismo, y que dice:

"Esta villa suya mando cercar el noble caballero Lorenzo Suárez de Figueroa, señor de la Casa de Villalba, del consejo del Rey nuestro Señor, hijo del Magnífico señor Gomes Suárez de Figueroa, del consejo del dicho señor Rey, mayordomo mayor de la Reina su madre, nieto de los muy excelentes y poderosos señores Don Lorenzo Suárez de Figueroa, Maestre de Santiago, y Don Diego Hurtado de Mendoza Almirante de Castilla. Hízose esta puerta año de Ntro. Salvador Jesucristo de MCCCCXLII".



El cerco amurallado tenía forma de almendra, unos 5 metros de altura y unos 2´5 de grosor. El perímetro de la muralla medía casi 1200 metros. En su recorrido se encontraban baluartes, almenas para su defensa y un camino de ronda en toda su extensión. Esta muralla tenia doble función, una defensiva y otra de control de mercancías a través de sus puertas, con una serie de puestos de guardia donde se abonaban los correspondientes impuestos. Había cuatro puertas a las cuales luego se les añadieron otras dos. De ellas tan solo quedan la Puerta de Badajoz y la Puerta de Jerez.

La Puerta de Badajoz o Arco del Cubo. Por ella entraban los viajeros provinientes del norte, de Badajoz, Fuente del Maestre o Feria, entre otros lugares. Se abría dentro del Baluarte del Cubo, estaba formada por un torreón de planta semicircular adosado a la muralla. Esta puerta se cegó y más tarde se abrió un nuevo arco en el lienzo de la muralla, el Arco del Cubo. Por encima de la antigua puerta se encontraba la figura ecuestre de Santiago Matamoros que alude a la Orden de Caballería muy unida a los Suárez de Figueroa. El hueco que hay debajo de la figura lo ocupaba el escudo de los Figueroa. En el 2009 se comenzó una profunda tarea de limpieza y reforma del monumento.



La Puerta de Sevilla fue la principal entrada de la villa y la más transitada. Situada al Sura mirando al Campo de Sevilla, ahora Plaza España, una explanada amplia y soleada. La gran puerta se erguía sobre columnas estriadas en un arco rebajado dentro de un  torreón con cubierta a cuatro aguas. En el friso del frente, sobre el arco, una pequeña capilla de la Virgen de los Remedios coronaba la parte superior. Sólo queda un pequeño vestigio, unas piedras de granito en la fachada de la esquina izquierda de entrada a la calle Sevilla. Su estructura y aspecto se conocen por grabados que se conservaron del siglo XVIII.

La Puerta de Los Santos estaba flanqueada por dos torreones y tenía sobre el arco de entrada una capillita, Ntra. Sra. de la Concepción y Amparo. La disposición de esta Puerta se abría al camino que comunicaba Los Santos de Maimona y Zafra entre la sierra de Los Santos, por el que accedían los comerciantes y hortelanos para instalar sus puestos al mercado de la Plaza Chica.

La Puerta de Jerez permitía el acceso a intramuros a los visitantes que venían de los caminos de Jerez de los Caballeros desembocando en el mercado medieval de la Plaza Chica. El paso por la Puerta es un doble arco apuntado de sillería sobre el que se encuentra la capilla barroca del Cristo de la Humildad y Paciencia.
 
Por fuera de la puerta, en la fachada, podemos ver un balcón central en la parte superior y dos hornacinas, una a cada lado, con imágenes de San Crispín y San Crispiniano, patronos del gremio de los zapateros y profesionales del cuero.

En la parte inferior derecha, sobre un bloque de la sillería del arco observamos la huella de un zapato del Pie Castellano, antigua medida de la época, en uso hasta el siglo XIX en el que se adoptó el Sistema Métrico Decimal, equivalente a 27,86 cm, un 44/45 de la actualidad. El Pie Castellano equivalía a 1/3 de una Vara (83,59 cm), una de las unidades de medida que podemos observar en una columna de la Plaza Chica.



En su primitiva concepción disponía de dos torres laterales para la defensa, pero éstas desaparecieron en las transformaciones que sufrió la puerta en el siglo XVII. Obras posteriores añadieron una espadaña de ladrillo en la cúspide con dos cuerpos de campanas y un balcón de rejería que amplió la ventana existente.



Otras dos puertas son La Puerta de Palacio que recibió este nombre por su proximidad al Alcázar, y su ubicación se debe a la necesidad de contar con un acceso próximo desde el exterior. Realmente fue una doble puerta, la primera, exterior, era la entrada al interior de la ciudad, y la segunda fue el acceso a la barbacana que contenía el castillo. 

Desde esta barbacana se pasaba a la ciudad a través de la Puerta del Acebuche, aunque esta no se la puede considerar una puerta de la muralla. Desde esta puerta partía el camino hacia la Puebla de Sancho Pérez.

Alcázar

En el siglo XV, sobre la mima época que la muralla medieval se construye el alcázar, tipo castillo-palacio urbano de finales de la edad media, en el se conjugan recursos fortificados y palaciegos. Las obras se inician en 1437 por mandato de Lorenzo Suárez de Figueroa, dandose por finalizada en 1443.

El Alcázar tiene planta cuadrangular reforzada por torres cilíndricas en los ángulos, más cubos redondos en dos lados y la gran Torre del Homenaje, cilíndrica en uno de sus lados, la puerta de acceso en el lado contrario flanqueada por dos torres adosadas y un matacán en lo alto, todo almenado. Una estructura cláramente defensiva, cuando su función es de palacio urbano residencial y de representación.

En el interior su distribución es más acorde con la función del edificio, lugar de residencia de una gran familia noble. Debió ser importante el conjunto decorativo, del cual tan solo nos ha llegao unas pinturas murales en la Torre del Homenaje, con motivos vegetales, geométricos y heráldicos. Muy importantes son sus artesonados de estilo mudéjar, del siglo XV, conservados aún en la Sala Dorada y la Capilla.

En el siglo XVI, coincidiendo con la elevación de rango señorial de los Figueroa a Ducado, se construye el patio clasicista atribuido a Juan de Herrera, organizado en con arquerías en sus cuatro lados y dos pisos.

El 3 de junio de 1931, durante la Segunda República, fue declarado monumento histórico-artístico perteneciente al tesoro nacional. Durante la Guerra Civil (1936-1939) sirvió como hospital y cárcel, en la postguerra como Escuela de Artes y Oficios, manteniendo zonas que daban cobijo a familias sin recursos. A principio de los sesenta se transforma en Parador de Turismo, hasta la actualidad, contando con el estatus de bien de interés cultural. 



Recinto Amurallado de Cáceres

Volvemos de nuevo a la provincia de Cáceres para visitar Cáceres y más concretamente recorrer su Recinto Amurallados, pero antes de esto es necesario nombrar al Campamento de Cáceres el Viejo (Castra Caecilia), ubicado en las proximidades de la capital, en la carretera de Torrejón el Rubio, esta fortificación fue promovida por Quinto Caecilio Metello en el año 79 a.C. cun campamento militar amurallado, todavía hay indicios del trazado de sus muros, mas tarde fue una mansión más en la Vía de la Plata.

Arco de La Estrella

Otro caso diferente es el de la ciudad romana emplazada en lo alto el casco urbano de Cáceres, la Colonia Norba Caesarina, fundada en el 35 a.C., cuyos restos actuales son muy escasos que se conservan en el Museo Provincial, no obstante, se considera por la mayoría de autores que el trazado de la muralla de Cáceres es romano, de forma rectangular salvo en los lugares que la topografía lo impide, algo del carácter romano se conserva en la Puerta del Cristo. Esta primitiva muralla fue abandonada, la mayor parte que nos ha llegado es de época almohade, construida en el siglo XII sobre los restos de la anterior.

Está construida con encofrados de madera mediante cajas superpuestas, utilizando tapial de una textura y color característicos por las tierras arcillosas y la alta calidad de la cal de Cáceres, que junto con ripio y mampostería menuda dan lugar a un hormigón peculiar.

Torre Bujaco

Las cortinas se refuerzan con torres adosadas o albarranas, todas de forma prismática, la mayoría de sección cuadrangular como la del Horno, o la de la Yerba, que se ven en la Plaza Mayor, también se conservan dos octogonales, la torre Desmochada, llamada así porque le falta su parte superior, y la torre Redonda. Las de sección cuadrada eran macizas hasta la altura de los adarves, luego se culminaban con una planta de una sola nave cubierta con bóveda de cañón, donde se abría un hueco para acceder a la terraza.
Durante la Edad Media se produjeron reformas en la muralla, sobre todo en la torre Nueva o del Reloj (hoy conocida como torre de Bujaco). Su aspecto actual es propiciado por las reformas llevadas a cabo en época cristiana durante los siglos XIV y XV, la primitiva torre es forrada con mampostería, reforzándose con saeteras, matacanes y almenas. A finales del siglo XV se construye la torre de los Púlpitos. La puerta de Coria fue derribada en 1897 y la de Mérida en el lado opuesto, en el siglo XVIII. La puerta del Cristo, llamada así por la imagen de la hornacina que está en la parte superior, es la única que se conserva, con elementos visibles romanos en su parte inferior y en el arco.

La puerta Nueva, que sale a la Plaza Mayor, fue construida en el siglo XV con el nombre de Puerta Nueva, reforzada entonces con la torre de los Púlpitos, en el siglo XVIII tiene que transformarse para facilitar la circulación dando lugar a la que hoy conocemos como Arco de la Estrella, tras las obras realiadas en 1726 por Manuel de Larra Churriguera.

En el interior del Recinto Amurallado encontramos numerosos palacios, casas fuerte y torres. La torre redonda de la casa de los Carvajal es una de las más antiguas de las intramuros, es una torre cristiana datada en el siglo XIV. La casa fuerte de los Sande fue construida a mediados del siglo XVI, se encuentra asociada a otra dependencia donde encontramos los escudos heráldicos de los Sande y Ulloa, tiene varios pisos y su almenaje fue eliminado en 1477 por orden de los Reyes Católicos, es imponente el gran matacán que se conserva en su exterior y las ventanas geminadas.

Torre Redonda de Los Carvajal

La torre de los Espadero, junto a la que fue Puerta de Coria, también con matacán esquinado sobre ménsulas escalonadas, ventanas geminadas y bóvedas de crucería en lo alto, también aparece un escudo con las dos espadas cruzadas de los titulares de la casa. En la casa-fuerte de Toledo Moctezuma que ahora es la sede del Archivo Histórico Provincial, existen restos de lo que fue una torre del siglo XV con los escudos de los Carvajal y Toledo, entonces titulares de la casa.

El Palacio de los Golfines de Abajo, junto a la Iglesia de Santa María, es un ejemplo de la fusión de los conceptos palacio y fortaleza más aún en el siglo XV cuando tenía muros almenados, durante el siglo XVI se acometen reformas dándole estética renacentista de la época, se mantuvieron las dos torres medievales impresionantes, una de ellas fue decorada con motivos heráldicos, medallones y rematando todos con crestería de grifos y guirnaldas platerescas. A mediados del siglo XV se escinde una rama de los Golfines y construyen en la prate alta un verdaero alcázar fortificado, el Palacio de los Golfines de Arriba, de forma cuadrangular con torres en sus esquinas, de las cuales se conservan tres desmochadas, durnte el siglo XVI se hacen ampliaciones con nuevas dependencias y la construcción de una nueva gran Torre del Homenaje en el centro del palacio en 1513, una manifestación de poder.

Otra construcción interesante es la Casa del Sol, aunque carece de torre, es característico su matacán redondo construido a mediados del siglo XVI cuando tal pieza no es necesaria. La Torre y Casa de las Cigüeñas fue construida por iniciativa del Capitán Diego de Cáceres Ovando, con los materiales procedente del derribado alcázar de Cáceres, la torre es la única que conseva las almenas dado que fue autorizado por los Reyes Católicos, está datada en 1480 por una placa sobre la puerta de entrada, es el típico palacio urbano fortificado de Cáceres, con ventanas geminadas y los escudos delos Ovando-Mogollón.

En la Calle Ancha se puede ver aún una gran torre perteneciente al Palacio del Comendador, fundado a mediados del siglo XIV por Diego García de Ulloa, Comendador de Alcuéscar, de la Orden de Santiago, en la torre que se alza en una esquina se ven los escudos de heráldicos, la corniaa y balaustrada se incorporan en el siglo XVI, en este palacio está instalado el Parador Nacional de Turismo de Cáceres.

Torre Espadero

El Palacio de Camarena es sede del Colegio Oficial de Arquitectos de Extremadura, la torre de la esquina se edifica en el siglo XV junto con el matacán, la mayor parte de las dependencias asociadas con la torre fueron añadidas en la segunda mitad del siglo XVII.

El Palacio de los Duques de Abrantes, cerca de la Plaza Mayor tiene una torre de gran altura con bóveda de crucería en el último piso, aunque absorbida por los edificios vecinos se puede ver el enorme matacán con ménsulas labradas datado en el siglo XV. Y la Torre de los Dávila donde prevalecen los recursos ornamentales sobre los defensivos, como el balcón de esquina con fina decoración renacentista.

Alcazaba de Mérida



Cruzamos la frontera para visitar la capital de Extremadura, Mérida, y su impresionante alcazaba, aunque antes debemos hablar del recinto amurallado de origen romano del cual aún quedan restos. La muralla fundacional de Mérida fue construida por los romanos en el año 25 d.C., restaurada y ampliada en los siglos II a IV con nuevas torres y reformas en sus puertas. Se construyó a base de núcleo de cal y piedra encajado entre dos muros de mampostería. En el siglo V los visigodos la reforzaron con sillares de granito. Posteriormente los musulmanes desmontaron varios tramos de la muralla y aprovecharon el material para construir la alcazaba. Lo que nos queda de la muralla son los restos de la Puerta del Puente, algunos tramos en el interior de la propia alcazaba y en la zona de morerías.



La alcazaba de Mérida es una de las más antiguas fortalezas levantadas por los musulmanes tras la invasión de la península ibérica. Su construcción se señala en el año 835 en tiempos del emir Ab-de-Rahman II. Se trata de un recinto cuadrangular junto al río Guadiana. Su fábrica es de grandes sillares, muchos de ellos, como ya he mencionado antes, procedentes de la propia muralla o edificios abandonados romanos. En sus cuatro flancos se disponen una serie de torres y de sección cuadrada, similares a los que existían en las murallas romanas.

Muralla Romana

La puerta principal se encuentra en el ángulo más próximo a otra de las grandes construcciones de Mérida, el Puente Romano, configurando un sistema de seguridad a modo de baluarte o barbacana, que controlaba el acceso a la alcazaba así como el tránsito por el puente. En el interior es una pieza singular su aljibe, un elemento principal en cualquier fortificación para la supervivencia en caso de asedio, en este caso se construye a base de sillares de granito y escalinatas adinteladas, importante también por sus cualidades artísticas al estar construido con piezas romanas y visigodas. 

En 1229 los cristianos al mando de Alfonso IX reconquistan la ciudad y es entregada a la Orden de Santiago, quienes establecen una encomienda como centro administrativo. Sin embargo, es en el siglo XV cuando se hacen reformas contundentes, se acota el ángulo nororiental con la construcción de un gran muro de sillería, se construye la capilla, la Torre del Homenaje en el año 1480, otras torres y aposentos residenciales y administrativos de la encomienda.


Aljibe

Otro importante evento ocurre a finales del siglo XVI, se establece el Priorato de San Marcos de León, que tendrá sede en esta alcazaba entre los años 1563 a 1600. Con este motivo se llevan a cabo nuevas reformas, se edifica una nueva iglesia, se construyen dependencias conventuales en torno a un patio claustrado, un magnífico ejemplo de claustro renacentista, cuadrangular, dispuesto en dos pisos, con arcos de medio punto sobre columnas y capiteles clasicistas. Se funde la dedicación militar, administrativa y religiosa en un mismo edificio, hoy día sede de la Presidencia de la Junta de Extremadura.

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