Castelo de Segura


As origens da fortificação raiana de Segura não são completamente conhecidas, pensa se que remonte a uma primitiva fortificação romana. A primeira referência sobre o castelo data do reinado de D. Dinis, séculos XII e XIII, que isentou os moradores de Segura dos impostos devidos a Salvaterra do Extremo, com a condição de estes construírem um castelo no espaço de dois anos.

Mais tarde com a extinção da Orden do Templo, este foi transferido, em 1319, para a Ordem de Cristo. Segura e o seu castelo passaram a ser uma comenda dependente de Castelo Branco.

Durante a Guerra da Restauração a povoação e sua fortificação readquiriram importancia estratégica sobre a fronteira da Beira Baixa. Por essa razão as suas defesas foram reformuladas, sendo a vila dotada de uma muralha envolvente, em forma de baluarte. Essa defensa foi insuficiente para deter a invasão francesa, que entrou em Portugal por essa fronteira durante a Guerra Peninsular, em 1807. Posteriormente, em 1846 foi extinto o seu governo militar, o que conduziu ao desmantelamento das defesas, absorvidas desde então peo progresso urbano.

No início do século XX, foi erguida a Torre do Relógio, hoje referida como uma lembrança do passado militar de Segura, embora sem conexão como o mesmo. O remanescentes do conjunto defensivo encontram-se classificados com Imóvel de Interesse Público por Decreto publicado em 8 de Maio de 1959.


Deste ponto há umas vistas espetaculares com o desfiladeiro do rio Erges, ao fundo, Espanha e a ponte romana. Sem dúvida, um lugar lindíssimo e com uma grande história.



Também fizemos um percurso pedestre, o PR4 IDN - Rota das Minas. O percurso junto ao posto de turismo de Segura e tem quatro partes, primeiro por caminhos entre-muros leva-nos a uma antiga lavaria do minério e a uma antiga mina de estanho e volfrâmio. A seguir o caminho continua ate ao rio Erges e uma aceña que visitamos. Na terceira parte descemos até à ponte romana. Voltamos a Segura para visitar o seu castelo e terminar o percurso de doze kilómetros de dificuldade moderada.

A Ponte Romana foi construída na província romana da Lusitânia entre os séculos I e II d.C., para dar continuidade à via romana que ligava Norba Caesarina, na Via de la Plata, à civitas Egitania (Idanha-a-Velha, Portugal) e a Bracara Augusta (Braga, Portugal), para salvar o rio Erjas.





Castelo de Penha Garcia

Nos encontramos en Penha Garcia, municipio de Idanha-a-Nova, distrito de Castelo Branco (Portugal). Se trata de un castillo fronterizo, situado en la vertiente sur de la sierra de Penha Garcia, ramal de la sierra de Malcata, dominando el valle del río Ponsul, desde los restos de sus murallas se puede disfrutar de una amplia vista de los alrededores.

La ocupación humana primitiva se remonta al Neolítico, más tarde romanizado, se cree que estuvo vinculado a la exploración de oro aluvial en el río Ponsul, practicada hasta fines del siglo XX.

El castillo pudo ser construido por iniciativa de Sancho I de Portugal, en el marco de la política de fortificación que desarrolló en la región de Beira ante las amenazas que planteaban entonces el Reino de León por el este y los musulmanes por el sur. Afonso II de Portugal donó los señoríos de Penha García y su castillo a la Orden de Santiago en 1220, para que pudieran ser poblados y defendidos.

Afonso III de Portugal concedió fuero a la villa el 31 de octubre de 1256. Mas tarde Dinis I de Portugal donó la villa y su castillo a la Orden del Temple en 1303. Poco después, ante la extinción de la Orden, pasaron a la Corona en 1310. Estos mismos bienes pasarían a la recién creada Orden de Cristo el 26 de noviembre de 1319.  Afonso V de Portugal donó Penha García a la encomienda el 9 de febrero de 1481.

Todavía en la época, la fortificación es retratada por Duarte de Armas en su “Livro das Fortalezas” (1509), mostrando una ciudadela fortificada, sobre afloramientos rocosos, de planta ovalada y rodeada por una doble barbacana, rota por dintel recto puertas y aprovechando la topografía del terreno en varias zonas; el exterior está defendido por un torreón circular, desgarrado por aspilleras cruciformes; en el centro de la ciudadela, el torreón hexagonal, con la zona poligonal más expuesta; junto a él, una cisterna rectangular; tenía horno, galpón, cocina y despensa.

El pueblo recibió el “Foral Novo” el 1 de junio de 1510. A partir del siglo XVII, su encomienda pasó a los Condes de São Vicente da Beira.

En las “Memorias Parroquiales” (1758) informan que la villa pertenecía al rey y tenía 90 vecinos; el castillo estuvo rodeado de murallas y guarnecido en tiempo de guerra, teniendo una sola puerta, protegida por baluartes y una pieza de artillería; tenía dos cisternas, un horno, la casa del Gobernador, una torre, una caseta de vigilancia y, al norte, almacenes; a dos tiros de distancia, en un acantilado de enfrente, apareció una torre de vigilancia, también tripulada en tiempo de guerra.

En el siglo XIX, con la extinción del Municipio el 6 de noviembre de 1836, se inició el proceso de degradación del castillo, agravado por las actividades de los buscadores de tesoros. Las ruinas existentes corresponden a la residencia del alcalde con patio de entrada y aljibe. Se mantiene la construcción de otro de los aljibes y los muros almenados correspondientes a la residencia del gobernador. La Junta Parroquial de Penha Garcia llevó a cabo la construcción de la escalera de acceso al complejo y la restauración de sus muros.

Se trata de un ejemplo de arquitectura militar medieval. Muy cerca se encuentra la Igreja Matriz de Penha Garcia, por donde se accede al Castillo a través de unas escaleras de pizarra, donde se pueden ver varios fósiles. El castillo consta de la residencia del alcalde y un conjunto de murallas, además de dos aljibes y una torre. La residencia del alcalde forma parte de una plaza, construida por un patio de entrada, un aljibe y dos habitaciones en la planta baja. La altura del edificio representada en los planos existentes, presupone la existencia de una planta superior con más habitaciones. La torre del homenaje tenía una forma hexagonal irregular. Junto al castillo existía una valla exterior de planta ovalada, defendida por un torreón cuadrangular.


La Leyenda del Juramento de la Justicia

Una leyenda local cuenta que D. García, alcalde del Castillo de Penha García, en una noche de tormenta, secuestró a D. Branca, una joven de rara belleza, hija del poderoso gobernador de Monsanto. Después de meses de persecución incesante, D. García finalmente fue capturado en las laderas de la cordillera por los hombres del gobernador. Si bien prácticas de este tipo, en su momento, estaban penadas con la pena capital, ante los insistentes llamamientos de su hija, el gobernador perdonó la vida a D. García, condenándolo, alternativamente, a la pérdida del brazo izquierdo, en prenda de justicia. Según los lugareños, la legendaria figura del cercenado sigue vigilando, desde lo alto de las torres, el imponente cerro de Monsanto.





No nos vamos de esta bonita freguesía sin hacer una pequeña pero muy bonita ruta senderista de apenas 4 kilómetros que nos lleva desde el puesto de turismo, por las callejuelas hasta el castillo, para descender, pasar por la presa entre restos fósiles de icnitas, llegando hasta unos molinos en el cauce del río y vuelta al pueblo. Muy recomendable.



Castelo de Castelo Novo


El castillo se encuentra en la parroquia de Castelo Novo, municipio de Fundão, distrito de Castelo Branco, en Portugal. Se encuentra situado en un promontorio rocoso en la ladera este de la Serra da Gardunha, fue el centro en torno al cual se desarrolló el pueblo. Castelo Novo, es una de las Aldeias  Históricas de Portugal.

La primitiva ocupación humana de la región posiblemente se remonte al Calcolítico, con un crecimiento en las edades del Bronce y del Hierro y que se consolida con la ocupación romana.


Las primeras fuentes documentales mencionan la existencia de un castillo a principios del siglo XIII donde se indica que fue donado a los Templarios. Ya Dinis I de Portugal se cree que ordenó alguna intervención allí, dado el hallazgo de restos de almenas dionisíacas y almenas en un tramo de las murallas, fue este soberano quien concedió la segunda fuero a la villa en 1290. En el siglo XIV un incendio hace que se abandone temporalmente la fortificación.

Bajo el reinado de Manuel I de Portugal se realizaron obras de reparación en el castillo en 1502. En 1505 Castelo Novo era cabeza de encomienda. Más tarde Bajo el reinado de João III de Portugal la torre del castillo ya estaba equipada con campanas (1537). A mediados del siglo XVIII, se procedieron a actualizar los bienes de la encomienda y se observó que el castillo se encontraba casi en ruinas. Poco después con el terremoto de 155 provocó importantes derrumbes en el castillo. En la segunda mitad del siglo XVIII, se realizaron obras de fortificación por el ingeniero Eugenio dos Santos de Carvalho.


La Dirección General de Edificios y Monumentos Nacionales promovió obras de consolidación y restauración de las murallas en 1938-1939 y en 1942. Entre 2002 y 2004 se llevaron a cabo campañas de excavación arqueológica en el castillo, en el marco de las Aldeias  Históricas de Portugal, que pusieron al descubierto cientos de vestigios de su ocupación medieval, entre su construcción en el siglo XII y su abandono en torno al siglo XVII. En 2004, la Dirección General de Edificios y Monumentos Nacionales implementó un proyecto de mejora de la torre, con la creación de un área de atención al visitante. En 2005 se llevaron a cabo varias actuaciones entre ellas obras de mejora de la torre.

Se trata de un ejemplo de arquitectura militar, gótica y manuelina. El castillo tiene una planta irregular, con el tramo sur construido sobre un afloramiento rocoso de acentuado desnivel, y es posible vislumbrar la estructura de la ciudadela, con dos puertas (este y oeste), aunque se sospecha que existe otra en la sección del muro al norte. En el tramo del muro oeste aún se conservan murallas, almenas y almenas en buen estado. La puerta de poniente, en arco apuntado, de cantería granítica al exterior y arco rebajado al interior, está flanqueada por dos torres.


En el reducto hay dos torres, la campana y el torreón. El campanario es de planta cuadrada sencilla, con cornisa rematada por cuatro gárgolas en los ángulos, con cubierta de falsa bóveda de hormigón, y dos registros divididos por cornisa; el acceso está asegurado por dos puertas rotas en los lados este y oeste, ambas de dinteles rectos con marco de granito; en el lado oeste, dos postigos; en la parte superior se desgarran cuatro campanas en arco perfecto, la del lado este con una campana y, debajo, un reloj. La torre del homenaje está prácticamente destruida en el extremo oeste, siendo visible su altura primitiva por la existencia de gárgolas en la cara este.